El baile es una de las partes fundamentales de la vida del pueblo gitano. Siempre han llamado la atención sus giros en círculos, sus faldas girando acompañadas de palmadas para hacer de la vida siempre un ambiente festivo.
Como ocurre con la música, basada en la tradición de contar la propia historia, así los pasos, los movimientos, los ritmos recuerdan el viaje con sus aventuras y desventuras, marcan los lugares y las influencias: una historia de pies, a menudo desnudos, que escriben en el polvo del mundo y borrarlo inmediatamente.
Un largo periplo, que en total duró casi mil años, que se puede reconstruir a través de las danzas gitanas, empezando por la India con el antiguo Kathak y en España donde florece el flamenco, pasando por Persia, Turquía donde se convierte en danza del vientre y los Balcanes.
Kathak deriva de la palabra sánscrita Katha que significa historia y la danza tiene su origen en los narradores del norte de la India, conocidos como narradores, a saber, Kathakars.
Las danzas desarrolladas a partir del Kathak mantienen una característica original: el canto se combina a menudo con acompañamiento musical, con la función de contar una historia: a veces épica, dramática o religiosa .
Hay muchas similitudes entre el Kathak, danza gitana y el flamenco que se desarrolló entre los gitanos de España, con la base rítmica aportada principalmente por las palmas y la percusión de los pies.